En este 2022, con motivo del Día Internacional del Agua, bajo el lema “Hacer visible lo invisible”, invitamos a apoyar y acompañar los procesos de mujeres de origen indígena, campesino y afrodescendientes en América Latina y el Caribe que son defensoras del agua y del territorio. En LAWA reconocemos que muchas mujeres y comunidades libran diariamente una batalla por el acceso al agua como un bien común y como un derecho humano.
En América Latina se encuentran la mayoría de reservas mundiales de agua dulce. Brazil es el territorio con más agua, seguido por Colombia y Venezuela. Entre Uruguay y Argentina se encuentra el Río de la Plata, y Perú también tiene reservas de sus cordilleras.[1] La abundancia de agua para consumo humano se debe a que los ríos Amazonas, Orinoco y Río de la Plata son de las cuencas fluviales más importantes de Sudamérica; además el acuífero guaraní (Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay) es uno de los mayores cuerpos de agua subterránea.[2]
Los ríos, lagunas, nevados, cordilleras y glaciares en América Latina, proveen parte de ese 2.5% del agua del mundo que es consumible. Sin embargo, no todas las comunidades pueden acceder al agua por falta de infraestructura, por el avance de la urbanización, y recientemente por la construcción de proyectos hidroeléctricos que amenazan con captar toda al agua, despojando de este vital líquido a las comunidades que desde tiempo ancestrales habitan esos territorios.
Países como Bolivia tienen guerras por el agua en Cochabamba desde el 2000, y recientemente enfrenta una deforestación por la siembra de coca y soja, mientras que el 51% de su territorio es afectado por la desertificación a causa de quemas de sembradíos, urbanización, cambio climático y minería ilegal.[3] En Chile, la siembra de palta o aguacate, está dejando sin agua a comunidades locales, porque el agua no es un derecho humano sino una propiedad privada.[4]
En este escenario, las mujeres juegan un papel fundamental. Berta Cáceres en Honduras asesinada en el 2016 por su lucha , María Do Socorro Silva en Brazil, Máxima Acuña en Perú, Verónica Vilches en Chile, Yuli Velázquez en Colombia y Teresa “Guni” Cañas en Argentina muestran que las mujeres y sus colectivos no sólo cargan con la responsabilidad de arriar el agua: históricamente son las principales defensoras de los ríos y las fuentes de agua frente a los megaproyectos extractivos que, como sucede con la minería a cielo abierto y las grandes represas, amenazan con contaminar el agua o cercar los ríos.
No es casualidad entonces que hoy día, en América Latina el fenómeno del desplazamiento forzado por crisis ambientales, lleve a comunidades enteras a buscar justicia incluso en cortes internacionales.[5] Desde esta realidad, invitamos a hacer visibles las luchas de las defensoras del agua; apoyemos sus campañas para tener acceso a mejores infraestructuras de agua potable; denunciemos la corrupción y el despojo de empresas transnacionales que se benefician de los recursos de nuestros territorios, y mostremos solidaridad con las y los defensores de territorio que cada día son criminalizados y asesinados por denunciar la corrupción de gobiernos locales, la criminalización de la protesta social y la militarización de los territorios. Sin agua no hay futuro, y sin futuro, no hay esperanza.
[1] https://actualidad.rt.com/actualidad/181075-paises-mayores-reservas-agua
[2] https://heraldodemexico.com.mx/mundo/2021/4/8/estos-son-los-paises-con-mas-agua-potable-en-el-mundo-se-acerca-la-guerra-por-el-vital-liquido-281548.html
[3] https://www.esglobal.org/bolivia-agua-una-relacion-complicada/
[4] https://www.dw.com/es/las-paltas-de-chile-y-el-conflicto-por-el-agua/a-44560911
[5] Para conocer las historias de algunas de las mujeres aquí mencionadas, visitar: https://www.biodiversidadla.org/Recomendamos/Mujeres-a-contracorriente-las-defensoras-del-agua-en-Latinoamerica