Cada año, el 20 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la Memoria Trans, un día para honrar la memoria de aquellos que ya no están entre nosotres.
Latinoamérica es el continente que más asesina a personas transgénero en el mundo. Tres países latinoamericanos se encuentran en el top 5 del ranking mundial entre los países con mayor número de asesinatos de personas transgénero. A la cabeza del ranking se encuentra Brasil (125), con una cifra casi del doble comparado con México (65) en el segundo lugar; datos generados por el informe 2020-2021 de «TransRespect versus Transphobia Worldwide» (TvT); un estudio investigativo de tipo cualitativo-comparativo en curso e iniciado por Transgender Europe (TGEU)*. Según la misma investigación, 2021 fue el año más mortífero para las personas trans, sin contar con los últimos resultados de 2022 publicados recientemente.
Para muchas personas trans, especialmente las mujeres transgénero, migrar al Reino Unido no es exactamente una opción, sino la única forma de sobrevivir. Muches lo hacen por falta de apoyo familiar y social, como consecuencia de la transfobia, y migran a otros países con la promesa de una vida “más estable”, en donde terminan siendo víctimas de explotación o trata de personas. Otres simplemente no ven otra alternativa diferente a la de probar la vida en un país que consideran “más seguro”. Sin embargo, cuando llegan al Reino Unido se encuentran con aún más desafíos y un sistema que es igual de transfóbico, además de ser extremadamente racista y xenófobo. En el Reino Unido, a menudo se les deja sin ayuda y cuando son víctimas de violencia se les criminaliza, dejándoles algunas veces sin apoyo estatal, lo que les obliga a continuar viviendo en entornos en los que siguen experimentando violencia y abuso de género, inclusive en los alojamientos del estado, que no están capacitados para brindar el apoyo emocional, social y económico que las personas LGBTQ+ necesitan, particularmente en el caso de las mujeres transgénero, para que puedan vivir en un entorno más seguro. Otro dato alarmante de la investigación de TvT, es que, de los casos de asesinato de personas trans en Europa, alrededor del 43% eran inmigrantes.
El Reino Unido todavía está bastante atrasado en la lucha contra la transfobia. A pesar de que recientemente el gobierno prohibió las llamadas ‘terapias de conversión’ (en realidad “Prácticas de Conversión Coercitivas”), la prohibición de esta práctica no ha sido extendida para la comunidad de las personas transgénero. El reporte de la organización británica “Stonewall’s LGBT – Health” reveló que una de cada veinte personas LGBT (cinco por ciento) ha sido presionada para acceder a servicios que cuestionan y cambian su orientación sexual cuando son asistidos por el sistema público de salud. Esta cifra aumenta a nueve por ciento en las personas LGBT entre 18 y 24 años, nueve por ciento en las personas LGBT negras, asiáticas y de minorías étnicas, y a ocho por ciento en las personas discapacitadas LGBT.
Una de cada cinco personas trans (20 por ciento) ha sido presionada para acceder al sistema público de salud para suprimir su identidad de género. Además, el personal de este sistema público de salud, no está lo suficientemente capacitado para trabajar con personas que deciden hacer la transición y/o que solo buscan orientación profesional y acceso al sistema de salud. Las listas de espera para acceder a las Clínicas de Disforia de Género, y servicios especializados para personas transgénero, pueden tardar hasta 5 años. Como consecuencia, el número de suicidios de personas transgénero sigue aumentando, no solo en América Latina, sino también en el Reino Unido.
Es necesario reflexionar sobre lo que hace pensar que el Reino Unido sea considerado un país seguro para las personas transgénero, ya que está clasificado a nivel mundial como uno de los países con mayor número de asesinatos de personas transgénero y aun así las cifras no son suficientes para que estas personas sean procesadas como víctimas y sobrevivientes. La autoridad competente encargada, conocida como “Home Office” podría crear un sistema diferente para filtrar las solicitudes que se reciben, no solo para categorizar las entradas por países, sino para considerar a los grupos y “minorías”. Así mismo es urgente capacitar a su personal y pensar en opciones de vivienda para la comunidad LGBTQ. No ubicarlas, por ejemplo, con familias religiosas que no aceptarían fácilmente que una mujer trans comparta la misma habitación, finalmente debería, y sin cuestionarlo, prohibir cualquier Práctica de Conversión Coercitiva.
En toda América Latina, el progreso político para impulsar los derechos de las personas trans ha sido variado. En la primera vuelta de las elecciones brasileñas, el país con el más alto riesgo de muerte para las mujeres trans, vimos un número récord de mujeres trans elegidas para cargos oficiales, entre ellas, dos estaban entre los 50 diputados federales más votados en Brasil. Chile también tuvo la primera mujer trans elegida este año. En 2021, en México, el segundo país más peligroso para las mujeres trans, María García y Salma Luevano se convirtieron en las dos primeras mujeres trans juramentadas en el Congreso de México. Sin embargo, ¡todavía hay mucho camino por recorrer!
LAWA se enorgullece de ser una organización transinclusiva que presta servicios de primera línea en el sistema con muchas mujeres trans. Hoy honramos a nuestras hermanas, hermanas e irmãs que ya no están con nosotros. Honramos su memoria y exigimos un mundo donde las mujeres trans sean vistas como seres humanos dignos de respeto y derechos. Ni Una a Menos.
Fuente: transrespect.org
